Descripción:

Freesia es una bulbosa perenne perteneciente a la familia Iridaceae y originalmente de Sudáfrica. Es una pequeña planta herbácea: no suele superar los 30 centímetros de altura. Sus flores se agrupan en racimos de 6-12 fragantes campanillas, cuyo color va del blanco al crema, para llegar a variaciones de amarillo, naranja, rojo y morado.

Cuidado:

Los bulbos se plantan entre agosto y septiembre a unos 2-4 cm de profundidad y espaciando las hileras unos 15 cm entre sí . Los foliolos pequeños comenzarán a brotar a fines del verano y el desarrollo vegetativo continuará hasta noviembre. En esta fase, es necesario apoyar la planta con una fertilización líquida bastante frecuente.
Las plántulas jóvenes darán sus primeras floraciones a partir de la primavera siguiente . Antes de que las temperaturas nocturnas comiencen a elevarse por encima de los 10 °, es mejor desenterrar los bulbos y guardarlos en un lugar fresco.

Es necesario elegir un lugar luminoso y soleado durante muchas horas del día ; la fresia solo teme el frío y las variaciones térmicas.

Además, es una planta que ama los suelos blandos, ricos y bien drenados: el sustrato ideal para su cultivo es una mezcla de tierra universal, turba y arena .

El suministro de agua debe ser constante hasta el final de la floración. Cuando las hojas comienzan a ponerse amarillas, se debe suspender el riego.

Es importante moderar la cantidad de agua para evitar empapar la tierra. Para el cultivo en campo abierto, el agua de lluvia puede ser suficiente.

Para ayudar a la planta es recomendable quitar las flores marchitas y las hojas secas . Durante la floración, las flores deben cosecharse cuando aún no estén completamente abiertas. Después de la floración, cuando las hojas están secas, los bulbos deben desenterrarse, limpiarse, dejarse en un lugar resguardado y bien ventilado para que se sequen y guardarlos en bolsas de papel con un poco de aserrín.